Todo cambio produce un duelo que pasa inevitablemente a través de una curva de bajada y subida que fue descrita por Elisabeth Kübler-Ross
- Negación
«Me siento bien», «esto no me puede estar pasando, no a mí».
La negación es solamente una defensa temporal para el individuo. Este sentimiento es generalmente reemplazado con una sensibilidad aumentada de las situaciones e individuos que son dejados atrás después de la muerte.[1] - Ira
«¿Por qué a mí? ¡No es justo!», «¿cómo me puede estar pasando esto a mí?».
Una vez en la segunda etapa, el individuo reconoce que la negación no puede continuar. Debido a la ira, esta persona es difícil de ser cuidada debido a sus sentimientos de ira y envidia. Cualquier individuo que simboliza vida o energía es sujeto a ser proyectado resentimiento y envidia.[1] - Negociación
«Dios, déjame vivir al menos para ver a mis hijos graduarse», «haré cualquier cosa por un par de años más»,
La tercer etapa involucra la esperanza de que el individuo puede de alguna manera posponer o retrasar la muerte. Usualmente, la negociación por una vida extendida es realizada con un poder superior a cambio de una forma de vida reformada. Psicológicamente, la persona esta diciendo: «Entiendo que voy a morir, pero si solamente pudiera tener más tiempo…».[1] - Depresión
«Estoy tan triste, ¿por qué hacer algo?»; «voy a morir, ¿qué sentido tiene?»; «extraño a mis seres queridos, ¿por qué seguir?»
Durante la cuarta etapa, la persona que está muriendo empieza a entender la seguridad de la muerte. Debido a esto, el individuo puede volverse silencioso, rechazar visitas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándose. Este proceso permite a la persona moribunda desconectarse de todo sentimiento de amor y cariño. No es recomendable intentar alegrar a una persona que está en esta etapa. Es un momento importante que debe ser procesado.[1] - Aceptación
«Esto tiene que pasar, no hay solución, no puedo luchar contra la realidad, debería prepararme para esto».
La etapa final llega con la paz y la comprensión de que la muerte esta acercándose. Generalmente, la persona en esta etapa quiere ser dejada sola. Además, los sentimientos y el dolor físico pueden desaparecer. Esta etapa también ha sido descrita como el fin de la lucha contra la muerte.[1
Elisabeth Kubler Ross